Este es el título del libro que leí hace poco. Tiene 235 páginas. Una persona normal puede leerlo en una semana en promedio, pero como yo no soy normal lo leí de un día para otro; un total de 14 horas aproximadamente, teniendo en cuenta los recesos para dormir, comer, entre otros.

No es el tipo de lectura que acostumbro hacer. Esta lejos de las categorías que llaman mi atención, pero como se trata de un autor nuevo, a quien no le conocía esta faceta de escritor pero si su lado como investigador, buscador de la verdad, maestro de kung fu y reiki, valiente espadachín y querido amigo mío, decidí adquirirlo para probar algo diferente.

Lo leí en ese período de tiempo tan corto porque me atrapó desde la primera página. No podía soltarlo, no podía dejar de lado la historia que logró embriagarme con cada palabra escrita en esas hojas. Es una lectura excitante, realmente grandiosa.

Es una historia de fantasía, ficción, aventuras; una novela tan bien narrada y tan cargada de adrenalina que logra atrapar, enganchar. Tiene muchos elementos del mundo moderno combinados con leyendas antiguas plagadas de magia y encanto místico.

La novela tiene un tema central que siempre despierta la curiosidad: la guerra entre la luz y la oscuridad, entre ángeles y demonios, donde los personajes se ven involucrados en situaciones que ponen en peligro sus vidas con cada paso que dan y a cada lugar donde llegan.

Todos tratan de resolver un misterio relacionado con el fin del mundo tal como lo conocemos. Cada personaje es vibrante y cumple un papel determinante en cada capítulo. Es muy fácil de imaginarse como lucen, como se sienten y que piensan. La narración está escrita con tal detalle que hasta se pueden escuchar las voces de los involucrados.

Cada capítulo está meticulosamente enlazado con el que sigue, manteniendo siempre la adrenalina a tope y las ganas por descubrir qué va a pasar con los personajes, que conforman un grupo intrépido y peculiar. Es una carrera para develar el misterio y encontrar la pieza que hace falta para que la luz gane la batalla.

Esta lectura es cautivadora. Muestra una fina línea divisoria entre lo real y ordinario y lo surreal y mágico, que no siempre son dos cosas separadas; dos mundos que se entrelazan con tal sutileza que los cinco sentidos que tenemos no bastan para captar ambas dimensiones.

El ángel de la luz es una historia que merece la pena ser llevada a la pantalla; emocionante, mágica, cautivadora, fuerte, nunca reposa, nunca en calma. Abre la puerta a lo místico, invita a la reflexión entre lo que creemos conocer y lo que no sabemos que no sabemos.

Debería ser una lectura obligada para aquellos que como yo, y el autor, Jose L. Carpio A., estamos en busca de la verdad detrás de las paredes de la realidad consciente, el universo que alcanzamos a percibir, el misterio de la vida y la humanidad.

Aquí lo pueden conseguir. Hagan parte de esta belleza literaria, porque es solo el inicio de una aventura sin igual.