Es una realidad que no puedes cambiar por más que lo intentes. Las emociones humanas tales como la felicidad, tristeza, resentimiento, existen porque hacen parte del paquete genético que todos llevamos por dentro. Todos los humanos sentimos lo mismo pero no de la misma forma ni con la misma intensidad.
Cuando se trata de la felicidad, - y en realidad de cualquier otra emoción-, debemos empezar a mirar más hacia adentro y menos hacia afuera; observar con atención que es lo que sucede con nuestros pensamientos en ese momento sublime, porque justo ahí radica la clave para entender que nadie, absolutamente nadie puede hacer feliz a nadie, excepto a sí mismo.
¿Qué es lo que piensas cuando te sientes feliz?¿Repites lo que escuchaste acerca de ti?¿Revives la imagen mental de aquello por lo que se sentiste feliz?¿Dé que forma lo haces, desde tu perspectiva o la de los demás? pregúntate estas cosas por un momento.
Recreemos una situación. Sales con tu madre al centro comercial para comprar cosas del supermercado. Al terminar de pagar, cruzan necesariamente por un puesto de helado ubicada estratégicamente en la área de salida. Ambos se antojan, se miran y saben que si, van a comprar un helado.
Cuando ya están ambos disfrutando de ese rico y descaradamente adictivo manjar de los dioses, le preguntas a tu madre si el helado le parece rico. Ella, con un gesto en su cara, con la boca medio fruncida hacia abajo, la mirada pérdida en el suelo pero devorando el helado murmura " hmm ahí". Tú estás que pides otro, y ella solo contesta un "ahí". La caída de hombros es inevitable, ¿Verdad?
Ese "ahí" puede ser interpretado como una negativa: no le está gustando el helado, hecho que resulta exageradamente raro porque ella no tiene preferencias en marcas, lugares, sabores. Se come cualquier helado que le regalen o que ella misma compre. Tú estas comiendo de ese mismo helado y la verdad, está delicioso. Entonces, ¿Cuál es el problema? nada que tenga que ver contigo, te aclaro.
Estás feliz comiendo helado porque te encanta, pero si ella no lo está disfrutando, tú reacción instantánea es sentirte incómodo (por no decir mal) por eso. No entiendes cómo es que no pudo dar una buena respuesta, si a ella siempre que le ofrecen helado se le ilumina el rostro. no es tu problema, es de ella. Si, así como lo lees, no es tu problema, y ya deja de pensar que lo es.
No sabes que esta pasando por su mente y no tienes porque saberlo. Toma responsabilidad solo por tus acciones y tus deseos, no los deseos ajenos que están fuera de tu control. Si ella no está disfrutando el helado, no hagas eco a su falta de felicidad. Tu te sientes feliz porque amas comer helado, es lo que te gusta a ti. Deja de cargar con insatisfacciones ajenas, vengan de donde vengan.
Con este ejemplo debes entender que hagas lo que hagas, no sabes en que estado emocional/mental/afectivo está la otra persona, no sabes si va a reaccionar feliz a algo que tu proporcionas, a sabiendas que eso que estás haciendo es una de las varias cosas que le provocan felicidad porque ya antes lo has notado.
Podrías incluso repetir en tu mente algo como, "si ella no es feliz, es porque así lo eligió", o, "su felicidad está en sus propias manos, lejos de las mías". Esto puede sonar frío para aquellos que siempre se han hecho responsables de hacer felices a los demás. News flash, no los haces felices, no puedes hacerlo. Cada quien elige si es feliz o no con lo que experimentan.
La felicidad es una decisión personal, es subjetiva, y está ligada a la forma cómo te ves a ti mismo frente a los demás, cómo es tu diálogo interno y tu reacción ante las cosas que no puedes controlar. Tu y solo tu eres responsable de tu felicidad en cualquier contexto.
Cuando cambias la narrativa interior acerca de lo que para ti es ser feliz, todo cambia para ti. No quiere decir que los demás van a estar de acuerdo contigo, porque les va a doler que ya no te hagas responsable de su felicidad. Se van a molestar porque no abren sus mentes y no quieren pensar por si mismos, no quieren esa responsabilidad tan grande.
Recuerda que no tiene nada que ver contigo que alguien cercano a ti no se sienta feliz. Tú trabaja en tu felicidad, siempre. Verás que todo empieza a cobrar un sentido diferente. Quien no es feliz por si solo, no podrá ser feliz con los demás y siempre estará culpando a otros por eso.
Ser feliz es una decisión. Anda, ve a comer un helado.